Lazzarato, Es decir, no se busca normalizar la conducta, sino "las condicio- nes de la conducta". Restrin- gir el cultivo de ciertos productos para evitar la sobreoferta. Se prohibe y se vigila con el objetivo de impedir que la escasez ocurra. Todo lo contrario, pues, de la receta mercantilista. Por eso no se interviene directamente sobre la conducta, sino sobre las condiciones de la conducta.
En lugar de impedir que los campe- sinos siembren y que los comerciantes hagan negocios, se trata de fomentar la actividad independiente tanto del campesino como del comerciante.
Laissez faire, laissezpasser. Es el caso de las epidemias de viruela, abordado en la clase del 25 de enero de Por el contrario, los dispositivos de seguridad no parten de un modelo ideal o de una norma preestablecida y tampoco se dirigen hacia los individuos, sino que parten de acontecimientos y se dirigen hacia las poblaciones.
Foucault afirma que "no hay era de lo legal, era de lo disciplinario, era de la seguridad. En cambio, ahora vemos aparecer no la idea de un poder que adopte la forma de una vigilancia exhaustiva de los indi- viduos [ Y lo que producen las maquinas deseantes no es otra cosa que la "realidad social". El soberano era la persona capaz de decir no al deseo [ El problema central del soberano no es otro que el del mantenimiento de su poder. El negarse a ser go- bernados de cierto modo es una actitud que no depende de hAufklarung.
A este proyecto que busca trazar la historia del surgimiento de un Estado que se diferencia radicalmente del Estado de justicia medieval, Foucault lo denomina "historia de la gubernamentalidad" Foucault, c: Una cosa era, pues, el poder pastoral y otra muy distinta el poder soberano. Por eso, es una forma diferente del poder real, que demanda el sacrificio de sus sujetos para salvar el trono.
Esto im- plica un conocimiento de la conciencia y una habilidad para dirigirla" Foucault, El comportamiento de cada oveja debe ser vista por el pastor como si fuese su propio comportamiento. El pastor debe ser un ejemplo moral pa- ra sus ovejas. La primera es que el poder pastoral se organiza en torno a la obediencia incondicional. Se trata de la obediencia por la obediencia misma. En palabras de Foucault: [ Foucault, c: Esta es la racionalidad que se expresa en la vida de las personas que han seguido una carrera religiosa.
No se obedece en esta o aquella circunstan- cia, sino que se pone la vida toda en obediencia, no importa si la orden que se recibe es absurda o inapropiada. Al final Foucault prefiere hablar de "disidencias" Foucault, c: En esto se asemeja mucho al discipulado griego. Lo mismo ocurre con otros "movimientos" medievales como el de la Nonnenmystik.
Se trata, pues, de un cuestionamiento frente al modo en que los hombres son gobernados con respecto a la verdad. No querer ser atrapado en un sistema de verdad controlado por otros, no aceptar como verdadero lo que una autoridad dice que es verdadero. Lo que hacen Wyclif y Hus con sus traducciones de la Biblia es mostrar que el texto es una entidad independiente del pastor y se sustrae por completo de su control.
Es una indocilidad vital que luego se torna reflexiva. Las luchas antipastorales entraron en resonancia con las luchas an- tifeudales, campesinas y urbanas.
Omnes et singulatim: gobierno de la colectividad pero, al mismo tiempo, gobierno de los individuos. Omnes et singulatim. Asuntos que, como vimos, escaparon por entero a las funciones del soberano en el mundo grecorromano y durante toda la Edad Media euro- pea. Hacia mediados del siglo XVI se produce el "estallido" de las artes de gobierno, gracias, en parte, al floreci- miento de una literatura especializada en el tema.
El rey debe ser para su reino lo que el alma para el cuerpo. Debe procurar el bonus communis con el fin de preparar a todos y cada uno de sus subditos para la vida eterna Foucault, Quiere decir que Dios no lo gobierna. No lo gobierna a la manera pastoral. El modelo de gobierno ya no puede buscarse en Dios ni en el mundo, sino en la naturaleza de aquello mismo que debe ser gobernado: el Es- tado Foucault, b: Gobernar significa, desde el siglo XVII, desplegar un aparato de saber articulado a un aparato de gobierno.
Esta nueva racionalidad busca perfeccionar el Esta- do, aumentar su potencia, desplegar sus fuerzas. Pero no se trata de un orden derivado, sino de un orden producido, de un orden inmanente. No es el Estado quien sirve a la ley, sino la ley la que sirve al Estado. El uso de la violencia estatal no se encuentra supervisado ni limitado por la ley, no se inscribe en un marco de legalidad, pues la ley no es otra cosa que un instrumento en manos del Estado.
Foucault empieza diciendo que "exactamente en " se pone fin al Imperio romano Foucault, c: Lo que hace el Tratado de Westfalia es generar unas reglas de juego que impiden que un Estado pueda ocupar el territorio de otro. El Tratado de Westfalia se firma con el objetivo de impedir que un Estado europeo se fortalezca demasiado, hasta el punto de poder dictar su ley a otro.
No se trata de un cuerpo de oficiales uniformados y tampoco de una "agencia" encargada de prevenir el crimen o detener a los criminales. Rau MedizinischePolizeiOrdnung y de J. FrankSystem einer medizinischen Polizei Se busca que todos circulen, pero en orden, conforme a unas rutas establecidas de antemano. En el fondo, se habla de una felicidad sin sujeto [ Desde el siglo XVII, gobernar no significa acogerse a una normatividad trascendental la lex divina o la lex naturalis , pues el Estado es visto ahora como principio y fin del arte de gobierno.
Los economistas del siglo XVIII muestran que "gobernar demasiado" puede ser contrapro- ducente para los intereses mismos del Estado. Se abre, por tanto, una fisura en el seno mismo de la racionali- dad gubernamental. Por eso el mercando funcionaba como un lugar de justicia Foucault, Por eso Foucault se refiere a esta alternativa como el "camino rousseauniano" Foucault, El segundo camino, llamado "radical", fue desarrollado sobre todo en Inglaterra y luego en los Estados Unidos hacia comien- zos del siglo XIX.
Los juicios morales, anclados en el mundo sensorial, son siempre subjetivos y nunca se ajustan a la neutralidad y universalidad de la ley. Foucault, Se aceptan obligaciones colectivas en tanto que, al hacer esto, los intereses particulares pueden resultar favorecidos. No hay preeminencia del sujeto de derecho sobre el sujeto de intereses.
Todo lo contrario: se le pide al Estado que deje actuar libremente el juego de los intereses. Todos son ciegos frente a la totalidad. Pues bien, justo en este mundo incierto y opaco habita el Ho- mo economicus.
Debe haber in- certidumbre en el nivel del resultado colectivo para cada uno, de manera que ese resultado colectivo positivo pueda esperarse efec- tivamente. No debe apuntarse al bien co- lectivo. La invisibilidad es absolutamente indispensable. Smith, en cambio, dio un paso adelante. Gobernar no es reglamentar de acuerdo a un conocimiento adecuado de las "cosas mismas", sino dejar que los individuos jueguen como les plazca, pues solamente ellos y no el soberano "saben lo que hacen".
Sin embargo, todo esto no significa que el liberalismo renun- cie a gobernar la conducta, pues una cosa es dejar-actuar la liber- tad del individuo, y otra muy distinta es dejarla sin gobernar. No obstante, el liberalismo no se reduce a un simple asunto de negocios y dinero.
Se trata de la heterogeneidad entre el sujeto de derechos y el sujeto de intereses. El Estado, por el contrario, es una esfera unificada que refleja los intereses de las clases dominantes.
No hubo un momento "anterior" a la sociedad civil en el que los hombres vivieran conforme a los imperativos de una ley natural, para luego "ceder" esos derechos al Estado. El objetivo final de la racionalidad liberal es producir una socie- dad rica y, al mismo tiempo, igualitaria. Lo importante es entender que tanto la sociedad civil como el Estado deben ser vistos como efectos de unas relaciones de poder que no son "ni buenas ni malas, sino peligrosas".
Pues de lo que se trata no es de apoyar a los sindicatos o a los movimientos sociales porque son "representantes de la sociedad civil", ni tampoco de criticar las medidas que limitan el acceso a la seguridad social porque son iniciativas del Estado, sino de analizar el tipo de estrategias que se ponen en funcionamiento tanto en uno como en otro caso.
Pues bien, son precisamente estos "mo- dos de ser", esos "dominios del saber", los que ahora Foucault quiere repensar una vez introducido el problema del liberalismo. Vivir peligrosamente es la consigna del liberalismo. Establecimiento de una racionalidad planetaria en donde los europeos fungen como jugadores y el mundo entero como apues- ta Foucault, Smith y Kant ofrecen una respuesta similar: la naturaleza. Unas tienen lo que las otras necesitan.
No se interviene directa e inmediatamente sobre los otros reprimiendo sus acciones de modo violento , sino sobre el campo posible de sus acciones.
Se busca, entonces, no anular la libertad de los su- jetos, sino crear las condiciones para que esa libertad pueda ser ejercitada y pueda ser eficazmente "consumida". Sujetos capaces de gestionar sus propios riesgos, de calcular las consecuencias futuras de sus acciones y de forjar el destino personal con sus propias manos.
Foucault no identifica el neoliberalismo con el capitalismo. En la clase de 24 de enero de afirma que la crisis de gubernamentalidad de la cual emerge el neoliberalismo no equivale a una "crisis del capitalismo" Foucault, Vollversammlung des Wirtschafts- rates des Vereinigten Wirtschaftsgebietes.
No existe un "arte socialista de gobernar" iibid. El Estado no interviene sobre el mercado sino sobre el "marco" del mercado. Esto es lo que los ordoliberales llaman una Sozialpolitik: no "igualar" a todos mediante la cobija protectora del Estado, sino generar condicio- nes para que las desigualdades puedan entrar en el mecanismo de la competencia.
No es fijarse la igualdad como objetivo del gobierno, sino, todo lo contrario, "dejar actuar la desigualdad" Foucault, Foucault quiere mostrar que el neoliberalismo no puede ser etiquetado pura y llanamente como un "enemigo de lo so- cial", pues ello equivale a menospreciar el inmenso poder de su racionalidad.
Lo que se busca es evitar que la pobreza relativa se convierta en pobreza absoluta. El "umbral" funciona entonces como un "piso de seguridad" ibid. Corregir tal irracionalidad significa que el Estado debe intervenir activamente sobre esas instituciones Foucault, Pero renovar el capitalismo, poniendo en cintura sus efectos indeseables, significa una sola cosa: intervenir no sobre el merca- do, sino sobre el "marco del mercado".
Por eso, el Rechtstaat del que hablan los ordoliberales nada tiene que ver con el Polizeistaat del mercantilismo Foucault, El desencantamiento del mundo no se revierte, sino que se domestica. El resultado es la sociedad de masas, la sociedad mercantilizada, la sociedad dominada enteramente por la industria cultural Foucault, No es eso lo que se trata de reconstituir.
El mercado y no los competidores debe ser protegido por una Vitalpolitik con el fin de crear las condiciones para que los jugadores se gobiernen a si mismos de manera res- ponsable y gestionen sus propios riesgos. Pero he- mos superado esa etapa. Ya no estamos en ella" Foucault, Por lo tanto, el nazismo nada tiene que ver con el capitalismo, sino con el dirigismo estatal y el crecimiento indefinido del poder del Estado; en una palabra, con el antilibe- ralismo Foucault, Aquello que condujo al nazismo no fue, pues, el "desarrollo de las fuerzas productivas", sino, todo lo contrario, la falta de desarrollo del mercado.
En la clase del 21 de febrero de Foucault dice que [ En amplios espacios de la superficie de la Tierra han desaparecido las condicio- nes esenciales para la libertad y la dignidad humana.
Favorecer la competencia empresarial, multiplicar la "forma-empresa" y extenderla hacia todo el tejido social. Debe operar, como dice Popper, por el principio de falsabilidad. Pues bien, los neoliberales de la Chicago School van a radicalizar esta idea de sus colegas alemanes. Schultz y Gary S. Un dato que no es menor: Becker fue vicepresidente de la Mont Pellerin Society en Nunca desean algo de lo cual "carecen".
El matrimonio funciona entonces como una empresa en la que cada uno es un "socio" que realiza "trabajo en equipo" Teamwork. El hombre-topo de la sociedad disciplinaria ha dado lugar al hombre-serpiente de las sociedades de control.
Ya no compra materias primas ni vende productos terminados o procede al montaje de piezas sueltas. Lo que intenta vender son servicios [ Esto [ Critican otra cosa.
Pero hemos superado esa etapa. Ya no estamos en ella. Estimulan la iniciativa de los gobernados y buscan dejar hacer, en lugar de legislar sobre quehacer. Foucault ilustra este punto con el problema de la criminalidad, abordado ya por la Chicago School, y en especial por Gary Becker. Inclu- so aquellos que no han hecho buen uso de sus "recursos" tienen la posibilidad de adquirir nuevas competencias y deslizarse tan flexiblemente como las serpientes.
Tercero, que en las socieda- des de control no hay nada que se encuentre fuera del mercado. Y en la medida en que la sociedad entera es vista como una multiplici- dad de mercados, el control se desterritorializa y se moleculariza. Todos los espacios sociales son "abiertos" y devienen lugares de control. La sociedad entera se "factoriza", se convierte en fabrica diffusa. La sociedad de control a la que se refieren Hardt y Negri corresponde a un nuevo tipo de relaciones de poder que abarcan el planeta ente- ro no hay "afuera" del Imperio.
El excelente estudio de Sven Opitz, Gouvernamentalitat im Postfordismus , es un buen ejemplo de esto. Igual ocurre con el tema del trabajo. Pero es entonces cuando las cosas cambian. Schutz y Catherine Mevel Eribon, En primer lugar, porque las desigualdades sociales son vistas como naturales, in- evitables e irreducibles. En segundo lugar, porque la pobreza es vista como responsabilidad del indi- viduo, o mejor, como resultado de una falta de voluntad indivi- dual para el trabajo.
No se limita a ser- vir como paraguas que protege las libertades individuales, sino que, por lo menos en Francia, empieza a devenir derecho social. Los seguros asignan un nuevo modo de existencia a eventos anterior- mente tenidos como pavorosos. Tal como muestra Daniel Defert, otro de los participantes en el seminario de coordinado por Foucault, los mecanismos de la seguridad social del siglo XIX marginalizaron el territorio potencialmente subversivo de las mutualidades y solidaridades obreras.
Defert, El empleador acepta su res- ponsabilidad por el riesgo de su negocio, y el empleado acepta su responsabilidad por el riesgo de su trabajo.
No se combate la pobreza, no se quiere evitar que exista; se busca simplemente gestionarla mediante el combate al pauperismo. Para esto no se precisa tanto considerar la pobreza como signo de injusticia y desigualdad social, cuanto al pauperismo como conjunto de comportamientos que conllevan diferencias incompatibles con el proyecto liberal.
Se trata, pues, de movilizar un tipo de racionalidad cuyo objetivo no es intervenir directamente sobre la pobreza sino sobre el medio ambiente de la pobreza. Ellos hacen "pensables" los objetos de gobierno, de tal manera que sus "males" pueden ser diagnosticados, recetados y curados mediante intervenciones calculadas.
La per- lalidad humana es vista por Eysenck como algo calculable y ogramable. Esas ideas sobre el desarrollo humano pudieron ingresar a las con- cepciones culturales del yo y transformarlas, porque en las mismas resonaba el concepto liberal de que el autodesarrollo era un de- recho.
La cuestiones previas de si de- bemos y, en el fondo, queremos conseguir este dominio, y si tal dominio tiene verdaderamente sentido, son dejadas de lado o, simplemente, son respondidas afirmativamente de antemano" Weber, Es una sociedad de la inseguridad permanente. En primer lugar, no son las crisis sino —repito— los triunfos del capitalismo los que producen la nueva sociedad.
La racionalidad moderna ha erosiona- sus propias pretensiones, de tal modo que ahora vivimos en a incertidumbre de la cual no pueden liberarnos ya las viejas tituciones estatales. La otra parte tiene que ver con el ncepto propositivo de reflexividad. No esta- mos, pues, completamente inermes ante el riesgo. El consumo no es destructor, sino que es creador de otros conocimientos y otras obras. La medicina ha devenido tecnomedicina ase, b: Cada cual es responsable de tomar las decisiones que coadyuven a "incre- mentar su capital humano".
Hacer morir a unos para que otros puedan vivir. El poder soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-Textos. Amin, Samir. Arrighi, Giovanni. Madrid: Akal. Armstrong, Karen. Bauman, Zygmunt. Oxford: Polity Press. Beck, Ulrich. Risikogesellschaft: Aufdem Weg in eine andere Moderne. Frankfurt: Suhrkamp. En Josetxo Beriain comp. Las consecuencias perversas de la modernidad.
Barcelona: Anthropos. Madrid: Alianza. Vom Diskurs zum Dispositiv. Bielefeld: Transcript Verlag. Chicago: The University of Chicago Press. Quilmes: Universidad Nacional de Quilmes. En Bruno Mazzoldi ed. El temblor: las sonrisas. En Multitudes, 26, pp. En Ignacio Mendiola Gonzalo ed. La naturaleza humana: justicia versus poder. Un debate. Buenos Aires: Katz. Buenos Aires: Prometeo. Space, Knoivledge and Power: Foucault and Geography. Aldershot: Ashgate. Critical and Effective Histories.
Foucault's Methods and Historical Sociology. New York: Roudedge. El libro Historia de la gubernamentalidad, publicado en el ao por Siglo del Hombre Editores, la Universidad Santo Toms y el Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana, ha demostrado ser una buena herramienta de introduccin a los cursos dictados por Michel Foucault en los aos y en el College de France.
Algunas de las tesis presentadas en ese libro han sido discutidas seriamente por la comunidad acadmica, en el marco del progresivo inters que ha despertado, en los investigadores, la publicacin de la obra pstuma del filsofo.
Obra cuyos contornos van hacindose visibles lentamente, en la medida en que aparecen publicados nuevos textos inditos. Al recibir la propuesta de publicar una segunda edicin del libro, he pensado que valdra la pena continuar con la presentacin del concepto "gubernamentalidad" en la obra tarda de Foucault, llevndolo ms all de sus investigaciones sobre la razn de Estado, el liberalismo y el neoliberalismo.
Esto supondr necesariamente la publicacin de un nuevo libro que explore el modo en que el concepto es llevado hacia un anlisis de las prcticas de s en el mundo griego, romano y cristiano, tema que abord Foucault en los cursos ofrecidos entre y en el College de France, as como en algunas conferencias dictadas en Europa y los Estados Unidos.
Razn por la cual, esta segunda edicin aparecer bajo el ttulo Historia de la gubernamentalidad I, anunciando as la prxima publicacin de un segundo volumen que mostrar cmo el desplazamiento del modelo blico hacia el modelo gubernamental, explorado inicialmente en los cursos de y , desemboca inesperadamente en una genealoga del sujeto que toma como base las relaciones activas consigo mismo y con los dems.
De este modo, el proyecto "Historia de la gubernamentalidad" ser ofrecido al pblico en dos volmenes complementarios que buscan mostrar la riqueza e importancia de la obra pstuma del filsofo.
Las lecciones de y dictadas por Foucault en el College de France y publicadas luego bajo los ttulos Seguridad, territorio, poblacin y Nacimiento de la biopolftica, ocupan un lugar singular en el conjunto de la obra del filsofo. En un sentido, ellas representan una continuidad frente al proyecto de investigacin anunciado pblicamente en su leccin inaugural de Programa escrupulosamente seguido por Foucault durante buena parte de los aos setenta y materializado en su ms conocido libro de aquella poca, Vigilar y castigar , as como en los ciclos de lecciones dictadas en el College de France.
Pero en otro sentido puede afirmarse que los dos cursos agrupados bajo el nombre Historia de la gubernamentalidad3 representan una ruptura frente al trabajo que Foucault vena realizando en la dcada de los setenta, y esto por lo menos de tres formas. Primero que todo, en estas lecciones, como en ninguna otra parte del corpus foucaultiano, se lleva a cabo una reflexin sostenida sobre el Estado. Sabemos que en muchas ocasiones Foucault haba criticado a los marxistas por la excesiva importancia concedida al Estado en sus anlisis polticos.
De hecho, su analtica del poder se haba concentrado en las mltiples relaciones de fuerza que atraviesan la sociedad entera, negando que el poder estuviese concentrado en alguna institucin en particular. Para Foucault, el Estado no es otra cosa que un "efecto" de relaciones de poder que le preceden, y por eso dirigi su mirada hacia esta multiplicidad de relaciones microfsicas y no hacia sus cristalizaciones molares.
Con todo, en el curso Seguridad, territorio, poblacin, Foucault dedica varias lecciones. Cerrar sugerencias Buscar Buscar. Saltar el carrusel. Carrusel anterior. Carrusel siguiente. Explora Audiolibros.
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Carlos Jaque Paez. Alex Moraes. Luis Angel Bautista Ramirez.
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